*Luz de esperanza
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Juan 1:4-5
Era un sábado de verano a comienzos del siglo pasado. Un hombre y su familia viajaban en auto por una región de minas, cuando les llamó la atención ver, en medio del campo, una gran cantidad de mulas. Movidos por la curiosidad, decidieron parar y preguntar qué hacían allí esas mulas, a lo que les respondieron que habían sido sacadas del interior de las minas para preservar su vista ya que, si no eran expuestas a la luz del sol regularmente, terminarían ciegas.
Lo mismo podemos decir de las personas… nosotros también necesitamos exponernos regularmente a la luz y el amor de Dios. Es fácil acostumbrarse a la oscuridad de este mundo cuando no vemos la esperanza que Dios puede darnos. Nuestras mentes comienzan a creer que la esperanza, el amor, la alegría y la bondad no existen, y nuestras almas son atrapadas en las sombras de la oscuridad del mundo. Es por ello que necesitamos a Jesús, la luz de Dios.
Necesitamos ver la luz de su amor, su sacrificio y el júbilo de su salvación, y necesitamos verlo regularmente. Si usted no ha estado expuesto a esa Luz últimamente, es tiempo de que lo haga. Dios no quiere que se vuelva ciego. Es por eso que espera verlo en la iglesia cada fin de semana.
Querido Señor, la oscuridad de este mundo me envuelve y trata de convencerme de que no hay nada más. Ayúdame a buscar siempre tu amor, así como lo demostró Jesús en la cruz y en la tumba vacía, para que pueda ser reflejo de su luz a quienes aún permanecen en la oscuridad. En el nombre de Jesús. Amén.
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amen
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