¿Sin fuerzas?
¿Dormiste bien la noche pasada? ¿Cómo te sientes? Tan importante para la vida cuanto el alimento y el agua, el sueño nos renueva y fortalece. Es difícil explicar el sueño y su importancia. Sin embargo, se sabe, que después de cien o incluso ciento veinte horas sin dormir, sufrimos incluso de alucinaciones. Con certeza, la mayoría de nosotros no tuvo esta experiencia, pero podemos entender lo que significa estar tan cansado a punto de ya no tener fuerzas. Cuanto estamos exhaustos, a punto de perder todas las fuerzas, necesitamos oír lo que la Palabra de Dios nos dice por medio del profeta Isaías: “Los que confían en el Señor reciben siempre nuevas fuerzas. Vuelan en las alturas como águilas, corren y no pierden las fuerzas, caminan y no se cansan”. Jesús fue hasta el límite de Sus fuerzas para salvarnos. Confía en Él.
Oremos: Señor Jesús, cuando estamos tan cansados que nos faltan las fuerzas y la disposición para las tareas del día, ayúdanos. Recuérdanos que Tú eres nuestro único refugio y fortaleza. Amén.
Amèn
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Dios es mi fortaleza
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¡Así es, Juan!
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