Cuaresma

La palabra cuaresma proviene de la expresión latina cuadragésima diez (cuarenta días), y hace referencia al período que precede a la Resurrección del Señor Jesucristo. Esos cuarenta días (sin contar los domingos) conmemoran los cuarenta días que Jesús ayunó en el desierto antes de comenzar su ministerio público.

Miércoles de Ceniza

La época de Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza. Su nombre procede de la antigua costumbre de poner ceniza en la cabeza o en la frente de los fieles como símbolo de arrepentimiento o lamento. En la antigüedad, la ceniza se utilizaba para mostrar que el hombre, apartado de Dios, al morir se vuelve polvo y no resucita a la vida eterna. Entonces, para demostrar que estaban arrepentidos de sus pecados, las personas se vestían con ropas de tela espera y se ponían ceniza sobre la cabeza. Por esa razón, todavía hoy muchas iglesias cristianas imponen cenizas en forma de cruz en la frente de sus fieles.

La Cuaresma es un tiempo para reflexionar sobre el sufrimiento y la muerte del Hijo de Dios. También es tiempo de infinita gratitud por su obra de salvación, porque el precio del rescate ha sido pagado, los pecados han sido perdonados, y la muerte ha sido derrotada.

Esta es una época especial de confesión y contrición por nuestro pecado y debilidad, y también de reconocimiento, alabanza y expectativa por la esperanza que tenemos en Cristo, el único que tiene el poder de perdonarnos y cambiarnos.

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