Abriendo puertas

Muchas veces, cuando oímos la Palabra de Jesús, parece que escuchamos Su voz, pero no abrimos las puertas para que Jesús entre en nuestras vidas. Él insiste: “¡Escuchen!, yo estoy llamando a la puerta: si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.” (Apocalipsis 3:20). Si tú quieres recibir esa gracia, no hay otro camino. No cierres la puerta de tu corazón, no rechaces la invitación de Cristo. Él quiere estar en tu vida, hoy y siempre.

Oremos: Amado Dios, no permitas que mi fe sea solamente de momento, sino que transforma mi vida a cada nuevo día. Amén

 .“¡Escuchen!, yo estoy llamando a la puerta: si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.” (Apocalipsis 3:20).