Tengan alegría

El pueblo paraguayo es muy fiestero, eso es un hecho. Nos gusta reunirnos, comer un asado o alguna comida típica de nuestro país y tomar un buen café. Las fiestas patronales duran todo un día, incluso hay veces que más de un día. Si es época de la copa del mundo, por cada partido que nuestra selección avance, todos salen a las calles a festejar con mucha alegría y esperanza. Pero pasados esos momentos festivos, en la rutina diaria podemos encontrar a personas amargas, tristes, desanimadas. Pareciera que la alegría fue solamente momentánea. Por lo tanto, debes saber que hay una alegría que puede invadir nuestro corazón y durar para siempre. Es la alegría de Cristo, quien  murió por nosotros y nos dio el perdón de los pecados y la vida eterna. Así, vivimos en medio a los problemas de la vida con alegría y la certeza de que algún día, después de nuestra muerte, estaremos con Él en el cielo. Allá disfrutaremos de la alegría eterna al lado de nuestro Padre Celestial.

Oremos: Querido Dios, mi Padre, gracias porque enviaste hasta nosotros a Tu Hijo Jesús, quien nos trae la verdadera alegría y llena nuestros corazones de paz. Amén.

Lee en tu Biblia: Filipenses 4:4-7