Jesús sabe lo que es sufrir

Un niño bien chiquito tuvo que ser internado de urgencia en un hospital. Debido a que su salud empeoró los doctores tuvieron que colocar una aguja en la vena de uno de sus frágiles brazos, lo que era bastante doloroso. La enfermera tardó aproximadamente quince minutos e hizo tres intentos, hasta encontrar el mejor punto para introducir la aguja en la vena del niño. Durante todo el proceso, la madre del niño no podía hacer nada más que llorar con el niño, mientras lo atajaba con amor. Ella sabia que era absolutamente necesario que su hijo pasara por todo aquello. Con nosotros, personas adultas, muchas veces sucede lo mismo. Tenemos que sufrir o soportar dolores en la vida, con miras a un objetivo cualquiera que sea el mejor. Jesús también tuvo que soportar un dolor extraordinariamente grande, con miras a un grandioso objetivo: la Salvación del mundo. Por eso, la próxima vez que tu vida te parezca dolorosa, mira a la cruz y conoce a aquel que comprende tu dolor, Jesucristo, Él quiere atajarte en Sus brazos amorosos.

Oremos:
Señor Jesús, ayúdanos en todos nuestros sufrimientos para que no nos desesperemos. Amén