Hablando con Dios

¿Cuántas personas están dispuestas a oír tus problemas? Me imagino que no sean muchas. Por eso no desperdicies la oportunidad que Dios te ofrece. Habla con Él. Abre tu corazón y pon delante de Él tus angustias, miedos y también tus alegrías. Él está dispuesto a escucharte y a ayudarte. Pero acuérdate que Él es el soberano, Dios sabe lo que tú realmente necesitas. Es debido a eso que muchos de nuestros pedidos no son atendidos. No caigas en la trampa de creer que orar es pérdida de tiempo, al contrario, orar es fundamental para la vida de cualquier persona. Cuanto más cosas tienes para hacer en tu día, más necesario es orar y pedir la ayuda de Dios, pues sin Él no podrás con todo. Dios te ayuda. Él lo hace por medio de Jesús al perdonar todos tus pecados. Él te ayuda hoy, por eso aprovecha y habla con Dios todos los días. 

Oremos: Gracias, Señor, porque escuchas. Sé que me amas y quieres ayudarme. Fortalece mi fe para que yo hable cada vez más contigo. Amén. 

“De mañana escuchas mi voz; muy temprano te expongo mi caso, y quedo esperando tu respuesta” (Salmos 5:3)