Educando a los hijos para una vida cristiana

Había una vez una madre que al colocar sus hijos a la noche en la cama, oraba por separado con cada uno de ellos, mencionando alguna travesura que habrían cometido durante el día. Muchas veces los hijos se levantaban de la cama y abrazaban a su madre con lágrimas en los ojos, pidiéndole perdón. Este procedimiento de la madre era mucho más eficaz que cualquier castigo, porque demostraba el amor sincero que su madre les dedicaba. Hay muchos padres hoy día que se esfuerzan por dar una buena educación a sus hijos, pero solamente piensan en su cuerpo e intelecto y no forman su corazón. Estos padres dicen que es mejor que el hijo escoja más tarde, por si mismo, su religión. Estos padres exponen a sus hijos a los más serios peligros, cuando tienen el mejor recurso, que es la Palabra de Dios, para educarlos. La Biblia nos dice en Isaías 49:15 que es muy difícil que una madre olvide a su bebé o que deje de amar a su propio hijo. Y Dios también dice que «aun si una madre se olvidara de su hijo, yo nunca me olvidaría de ustedes». Dios no nos olvidó, y mandó a Su único Hijo para morir en una cruz y darnos la Salvación.

Oremos: Padre Celestial, pido que me auxilies en la educación cristiana de mis hijos. Dame sabiduría para mostrarles Tu gran amor y al Salvador Jesucristo. Amén