Embajador en cualquier situación

Por más que existan obstáculos y dificultades que compliquen nuestra vida, haciéndola muy difícil, no podemos olvidar que somos embajadores, encargados de Dios para realizar una importante tarea, que es la de contar la buena noticia que Jesús es el único y suficiente Salvador. Esa buena noticia nos da orgullo, audacia y alegría para que podamos divulgar el precioso tesoro del Evangelio. ¿Estás haciendo tu parte?

Oremos: Amado Padre celestial, gracias porque me has puesto en tu reino y por la responsabilidad de ser tu embajador. Pon las palabras correctas en mi boca y ayúdame a divulgar tu salvación. En el nombre del Salvador Jesús. Amén.