Amar sin mirar a quien

La voluntad de Dios nos dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18). Ser cristiano, vivir la fe, ejercitar el amor a Dios y a los demás no es algo estático. Y, delante de una realidad de conflictos y desigualdades sociales en la que vivimos, los desafíos son enormes. Pero, nada de tirar la toalla. Al contrario, reconocidos y agradecidos por el amor con el cual Cristo nos amó, perdonó y salvó, esforcémonos para hacer, en favor de nuestro semejante, todo lo que está a nuestro alcance, y si nos faltan condiciones materiales para ello, por lo menos, acordémonos de orar e interceder a Dios por nuestro prójimo, y en especial por los menos favorecidos.

Oremos: Querido Dios, perdona nuestra falta de amor y ayúdanos a suplir las necesidades de nuestros semejantes, en la medida de lo posible. Amén.