¿Piensas como Dios?

Mucha gente se expresa así: “Si tienes a Jesús en tu corazón, nada saldrá mal” “En cualquier negocio, ¡si entras con fe funcionará!” “Si tienes fe en Jesús, ¡Obtendrás la cura!” ¿Será que ese es un pensamiento de Dios o de los hombres? ¿Será que para un hijo de Dios no hay dificultades o, si las hay, es por falta de fe? Jesús nos trae la enseñanza clara: “Si alguien quiere ser mi seguidor, que se olvide de sus propios intereses, que esté listo para morir como yo voy a morir y me acompañe” (Marcos 8:34). Así empezamos a comprender la gran diferencia entre el pensamiento humano y el pensamiento de Dios. El amor de Dios por nosotros se muestra por medio de Jesús, quien sufrió, murió y resucitó para traernos el perdón de los pecados, vida y eterna salvación. Esa es la manera amorosa de pensar de nuestro Dios. Con respecto a nuestros problemas y sufrimientos, la oración del Padre nuestro nos enseña: “Que se haga Tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. 

Oremos: Señor, ayúdame a comprender que Tu voluntad siempre es lo mejor para mí. Por Jesús. Amén.