Paz de Cristo es eterna

 Los eventos de la Primera y Segunda Guerras Mundiales fueron los más sorprendentes de todo el siglo veinte, conocido como “el siglo de la violencia”. Tales guerras envolvieron casi todos los países del planeta. Millones de personas, entre civiles y militares, murieron en estos conflictos. Otras guerras en ese siglo dan continuidad a la brutalidad humana. El mensaje de Dios con relación a las guerras sigue siendo el mismo: “¡Rendíos! ¡Reconoced que yo soy Dios! ¡Yo estoy por encima de las naciones! ¡Yo estoy por encima de toda la tierra!”. Y Jesús dice: “- Felices las personas que trabajan por la paz, pues Dios las tratará como Sus hijos. – Os dejo la paz. Mi paz os doy, pero no como la dan los que son del mundo. No os angustiéis ni tengáis miedo” (Juan 14:27) Esa paz esta disponible para todos y es eterna.

Oremos: Querido Dios, que Tu paz reine en los corazones humanos, en el nombre de Jesús. Amén

“¡Rendíos! ¡Reconoced que yo soy Dios! ¡Yo estoy por encima de las naciones! ¡Yo estoy por encima de toda la tierra!” (Salmos 46:10)