Dios nos enseña a perdonar

“¿Perdonar es olvidar? ¡Eso nunca!” Así mucha gente dice, indignada. Quién sabe, quizá, hasta usted mismo. Nosotros tenemos dificultades con lidiar con las ofensas y dolores que los demás nos provocan. Quedamos enojados y con rabia de ellos. Si no tenemos cuidado en esos momentos, terminamos cayendo en el camino de la amargura, del odio y de la venganza. Quien no perdona, por lo tanto, no es feliz. Quien queda remordiendo el disgusto del pasado, sufre el doble. Y quien se deja llevar por los deseos de la venganza, tiene un cáncer carcomiendo su interior. ¡La solución es perdonar y olvidar!

Oremos: Ayúdame Dios. Permite que el amor de Jesús llegue a mi corazón y me libre del rencor y del resentimiento para que yo pueda ser feliz y vivir en la alegría del perdón.

“No resistáis a quien os haga algún daño. Al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra” (Mateo 5:39)